Ochos años de gobierno uribista que ya culminan. Para algunos, ocho años que fueron como ochocientos. Pero para la masa uniforme (y conforme) de uribistas, ocho años que se fueron volando y que debieron ser muchos más. Para los caricaturistas, un día triste. Si se ha dicho, con razón, que la era Uribe partió la historia de Colombia en dos (para bien o para mal, que nos lo digan después los investigadores sociales), para la historia de la caricatura en Colombia, Uribe será un ícono difícil de igualar. ¿Volverá a tener Colombia un líder que por su personalidad terminó concentrando en sí mismo todos los hilos del manejo del Estado? Este es el motivo por el cual Uribe terminó siendo el personaje principal de todos los caricaturistas del país: no solamente por el fuerte presidencialismo que nos caracteriza sino porque él, el omnipresente presidente, siempre estuvo en el centro de la atención mediática, mientras los demás altos funcionarios del Estado fungían como simples teloneros. Aquí les va un resumen desordenado de algunas caricaturas que hice de Uribe en estos ocho años. Que del orden se encarguen los historiadores que para eso les pagan. Y que de las loas se encarguen los columnistas afectos al régimen que fenece.
